Es una joya de la arquitectura en Caminito, tiene 108 años pero pocos lo miran en un paseo por La Boca

El Transbordador Nicolás Avellaneda, uno de los símbolos de La Boca, cumplió 108 años. Es un emblema del progreso argentino y símbolo del modelo agroexportador de principios del siglo XX, uniendo el antiguo puerto de La Boca con la costa de la Isla Maciel.

Fue una obra de ingeniería súper moderna para la época. Se basó en un diseño francés, del cual sólo se hicieron 20 transbordadores en el mundo: y cuatro están en la Argentina. En su época de esplendor, llegó a trasladar a 17.000 personas por día que necesitaban cruzar de la ciudad a la provincia de Buenos Aires para ir a trabajar. Por eso, funcionaba de 6 de la mañana a 9 de la noche.

Podés admirar la impactante estructura del transbordador desde las alturas del Café Proa, siendo una excusa perfecta para retrotraerte a la Buenos Aires de la década de 1910. 

Ubicado en la terraza de la Fundación Proa (Av. Pedro de Mendoza 1929), este exquisito restaurante (abierto de jueves a domingo), presenta una hermosa y amplia terraza con cómodos sillones donde se ofrecen platos de autor ideales para disfrutar de un buen almuerzo o bien, excelentes propuestas de cafetería y pastelería para la hora del té.

Desde 2008, Café Proa brinda gastronomía de autor con una mirada hacia el barrio de La Boca: la fugazzetta, comida autóctona del barrio, es homenajeada con una reversión muy moderna. El Fugazzettin, relleno de muzarella, tomates secos marinados, rúcula y salsa criolla se ha convertido en el plato más solicitado por los visitantes.  

El Transbordador Nicolás Avellaneda, la joya 'oculta' en la boca

El Transbordador Nicolás Avellaneda es, sin dudas, un símbolo de la Ciudad de Buenos Aires. Inaugurado un 30 de mayo de 1914, es un testigo viviente que simboliza el reflejo de un momento de esplendor y gran intercambio comercial entre Argentina y Europa a principios de siglo XX.

Para poder comprender su historia, debemos considerar que, para la década de 1890, el puerto de La Boca era el más importante de la Argentina y la región.

En 1898, luego de 11 años de construcción, se inauguró Puerto Madero, que pasó a ser la principal salida de granos del país. En tanto, el Puerto de Vuelta de Rocha seguiría siendo importante y en sus alrededores la actividad industrial se volvió frenética. Allí se instalaron talleres, fábricas, depósitos, frigoríficos, astilleros, las compañías de electricidad CIAE y CATE.

Las industrias y talleres se instalaron en ambos márgenes del Riachuelo, tanto en la ciudad como en la provincia de Buenos Aires. Para poder abastecer de mercadería y facilitar el traslado de trabajadores, se volvió necesario construir una ambiciosa obra de infraestructura que uniera la costa porteña con la bonaerense. De esa necesidad surgió el proyecto, súper moderno para la época, de construir el Puente Transbordador Nicolás Avellaneda.

Su historia se remonta a 1905, cuando se le autorizó a la empresa Ferrocarril del Sur a construir una nueva terminal en la estación Casa Amarilla. Se obligó a la empresa a construir un puente carretero a báscula que sería entregado al Gobierno nacional y formaría parte del puerto porteño en el Riachuelo. 

Su implantación se estableció mediante la prolongación de la avenida Almirante Brown, con el objetivo de unir la Capital Federal con la isla Maciel, en la provincia de Buenos Aires.

Teniendo como objetivo principal aumentar el tráfico en la operación portuaria en la ribera sur y servir al tráfico carretero para facilitar la explotación de los muelles en Dock Sud, en 1908 se aprobaron el proyecto y los planos, dando comienzo a su construcción

Su diseño se inspiró en una tipología moderna y de última tecnología creada por el ingeniero francés Ferdinan Arnodin. En el mundo se hicieron 20 transbordadores de este estilo: y 4 fueron construidos en la Argentina.

El fabricante del Transbordador Nicolás Avellaneda fue la fábrica inglesa Earl Of Doudly Steal, que funcionó entre 1840 y 1980. Con una altura de 52 metros y un largo de 77,5 metros, la construcción del gigante metálico comenzó en 1908.

Todas y cada una de las piezas del transbordador fueron fabricadas en Inglaterra, transportadas en barco y ensambladas en La Boca. 


Solo los 8 grandes pilotes fueron hechos in situ.
Los mismos están enterrados a unos 25 metros. Hechos a base de hormigón y mampostería, pueden soportar casi 300 toneladas cada uno. El costo total del transbordador fue de unas 100.000 libras esterlinas. La fabricación, construcción e instalación demandó 6 años.

Cómo funciona el Puente Transbordador Nicolás Avellaneda

El Puente Transbordador Nicolás Avellaneda es, a grandes rasgos, un gran pórtico metálico con unos rieles en la parte superior de donde colgaba una barquilla que se desplazaba horizontalmente uniendo ambos márgenes de la costa.

La barquilla era de 8 metros de ancho por 12,7 metros de largo. Tiene instalado unos rieles para que las unidades de tranvía pudieran cruzar hacia la otra orilla a bordo de esa barquilla. Esos rieles todavía pueden observarse...

La barquilla funcionaba mediante dos motores de 45 caballos de fuerza de impulsión eléctrica y contaba con un sistema de seguridad notable para la época. Si había algún problema de electricidad, se ponía operar con un sistema manual de movimiento para poder desplazarla sin tener que evacuar a los pasajeros.

El viaje tardaba tardaba unos 3 ó 4 minutos, aunque la carga y descarga de pasajeros demandaba más tiempo. Por ese motivo, también había balsas, aunque eran un poco más costosas. El Transbordador Nicolás Avellaneda podía operarse desde un puesto de control en el propio coloso de metal, así como desde una sala de máquinas. La tarifa para peatones era de 5 centavos y para los carros eran de 25 centavos. Abonando dicho boleto, permitía ir y volver en el mismo día.

Funcionaba desde las 6 de la mañana hasta las 9 de la noche y llegó a ser usado por casi 17.000 personas diariamente.

Del esplendor al ocaso

El Puente Transbordador Nicolás Avellaneda fue uno de los cuatro del modelo francés que se fabricaron en Buenos Aires. El primero fue el Transbordador Luis Sáenz Peña, a la altura de la calle Garibaldi, también en La Boca, en 1913.

El segundo fue el Avellaneda, en 1914. En 1915 se inauguró el Transbordador José de Urquiza, en la intersección de Av. Pedro de Mendoza y Av. Regimiento de Patricios: fue uno de los más concurridos ya que permitía llegar al Frigorífico La Blanca, en la Isla Maciel. El cuarto se inauguró en 1940, a escasos metros del Nicolás Avellaneda.

Debido al crecimiento del parque automotor y a la disminución de la actividad fabril en la zona de la Isla Maciel, el Puente Transbordador Nicolás Avellaneda dejó de funcionar en 1960.


El boom de los autos y el tamaño de los vehículos impulsó la construcción de un puente que una la ciudad y la Provincia de Buenos Aires, en vez de un transbordador. Así, se construyó el actual Puente Nicolás Avellaneda. Durante algunos años funcionaron a la par, pero en 1960 el transbordador apagó sus motores.


En 2017, el Transbordador Nicolás Avellaneda volvió a funcionar tras una intensa y costosa labor de recuperación que demandó 6 años.
Ese año, la barquilla volvió a cruzar el Riachuelo y La Boca fue una fiesta.

En la actualidad, sobreviven tan solo 8 transbordadores de este tipo, siendo el Nicolás Avellaneda el único fuera de Europa. El resto los podemos encontrar en Vizcaya (España), Newport, Warrington y Middlesbrough (Reino Unido), Osten y Rendsburg (Alemania) y Rochefor (Francia).

Durante la presidencia de Carlos Saúl Menem, en 1993 estuvo a punto de ser desguazado y vendido como chatarra. Felizmente, en 1995 fue declarado Sitio de Interés Cultural de la Ciudad de Buenos Aires. Hoy, el Transbordador forma parte del paisaje turístico en La Boca, aunque muchos no lo miran y fotografían como merece...

SOBRE EL AUTOR DE LA NOTA

Fernando Yosovitch es arquitecto especialista en historia crítica de la arquitectura, el diseño y el urbanismo (FADU-UBA). Creador de Recorre Buenos Aires (@recorre.ba en Instagram). Brinda recorridos guiados para descubrir los tesoros arquitectónicos, artísticos, históricos y culturales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Visitá recorreba.com para conocer todas las salidas programadas, los cursos virtuales y ser parte de la comunidad Recorre.BA.